Una vivienda digna para todo el mundo

Publicado por Emprendimiento en

Aunque en la práctica ningún gobierno ha tomado medidas para proteger este derecho, y es algo inalcanzable para parte de algunos sectores de la población: personas de exclusión social, mayores, jóvenes, parados, emigrantes…

La avaricia de diferentes actores como la administración de turno (políticos de un bando o de otro), intermediarios (mercenarios de la chequera al servicio del mejor postor y del dinero), bancos (todopoderosas entidades, que por ahora parecen intocables y que todavía no entiendo cómo podemos permitir que sigan ahí, haciendo trastada tras trastada), y nuestra falta de solidaridad y de enfrentarnos cara a cara con el problema (mientras no me toque a mi…); han frenado y frenan esta necesidad vital, creando una injusticia social muy triste y desalentadora, que deja por los suelos a esta civilización, donde unos pocos viven bien a costa de la mayoría.

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Cooperativas

La alternativa para empezar a romper esta inercia pasa por adquirir esa conciencia que nos lleve a darnos cuenta de que el cambio está en nuestras manos y que somos nosotros los que debemos cambiar la política, la economía, las relaciones.

En el ámbito del hábitat podríamos empezar por la creación de cooperativas que puedan habilitar y rehabilitar viviendas y edificios vacíos; forzar a que la administración realice una legislación adecuada para favorecer la puesta en el mercado, a un precio justo, del inmenso parque que disponen las entidades financieras tras ejecutar miles de hipotecas, y obligarlas a que no sigan cobrando después de quedarse con la vivienda; favorecer una política de viviendas de protección oficial, u otras alternativas creativas, como el ejemplar caso de Marinaleda, donde después de municipalizar el suelo este se cede al autoconstructor, lo que conlleva que un joven pueda disponer de vivienda por 15 € al mes.

Teniendo en cuenta que la vivienda puede ser un artículo de lujo, que puede llegar a costar hasta 7 años de un salario, la autopromoción y la autoconstrucción de nuestra propia casa supone, aparte del posible ahorro, una experiencia inolvidable que recordaremos toda la vida. La autoconstrucción es una elección muy válida y estamos comprobando cómo va en aumento desde hace ya algún tiempo.

Autoconstrucción

Asistimos a un incremento de cursos y talleres de formación enfocados a las y a los valientes que deciden hacerse su propia casa. La reina, hasta ahora, han sido las balas de paja, pero he de decir que de un tiempo a esta parte, otras técnicas como la madera y la tierra van ganando terreno.

Pienso que en nuestro país es una asignatura pendiente y, mientras que en Francia es una opción muy arraigada donde ni siquiera se tiene que contratar un arquitecto en el proceso de construcción de una vivienda familiar, ya que los maestros de obra están suficientemente cualificados para ello, aquí la cosa va por detrás en el tiempo, entre esto y lo difícil que es encontrar parcelas a un precio asequible, la cosa está muy parada.

Saber más en: http://www.viviendadigna.org


Artículo publicado en la revista EcoHabitar en el nº 33 de primavera 2012


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