TotalEnergies es acusada de greenwashing: tribunal confirma declaraciones engañosas
Un tribunal civil de París declaró que TotalEnergies incurrió en prácticas comerciales engañosas al presentar compromisos climáticos que no reflejan con precisión sus operaciones reales. La sentencia, que ordena a la petrolera retirar de su sitio web las declaraciones sobre su supuesto camino hacia la neutralidad de carbono, constituye un fallo histórico. Por primera vez, las leyes francesas de lavado de imagen verde se aplican a una empresa de combustibles fósiles.
El caso, impulsado por Greenpeace Francia, Amigos de la Tierra y Notre Affaire à Tous, representa un punto de inflexión para la rendición de cuentas corporativa en Europa. La decisión llega mientras la empresa anuncia planes para aumentar su producción de gas, lo que contrasta con su discurso sobre transición energética y sostenibilidad.
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TotalEnergies es acusada de greenwashing: el fallo que sacude al sector energético
El tribunal concluyó que la compañía francesa engañó a los consumidores al promocionar una supuesta alineación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Entre las afirmaciones consideradas engañosas se encuentran las que sostenían que TotalEnergies “coloca el desarrollo sostenible en el centro de su estrategia” y “contribuye al bienestar de las poblaciones”.
La empresa tiene ahora un mes para retirar dichas declaraciones o enfrentarse a una multa de 10.000 euros por día. Además, deberá publicar el fallo judicial en su página principal y pagar compensaciones económicas a las ONG demandantes. Justine Ripoll, directora de campañas de Notre Affaire à Tous, declaró:
“La justicia francesa finalmente está abordando la impunidad del lavado de imagen verde de los combustibles fósiles”,
Esta sentencia no solo confirma que TotalEnergies es acusada de greenwashing, sino que envía una advertencia clara al resto de la industria: las promesas ambientales vacías pueden derivar en sanciones legales. La resolución francesa se suma a precedentes similares en los Países Bajos y Alemania, donde aerolíneas fueron sancionadas por declaraciones ambientales imprecisas.
De la sostenibilidad al negocio del gas
TotalEnergies defendió su posición afirmando que “reconoce la sentencia” pero destacó que la mayoría de las demandas fueron desestimadas. Según la empresa, el fallo solo afecta las declaraciones generales del sitio web corporativo, no sus campañas de consumo en Francia.
Sin embargo, la contradicción entre sus compromisos climáticos y su estrategia energética persiste. Mientras asegura buscar 100 gigavatios de capacidad renovable para 2030, la compañía ha hecho del gas fósil la piedra angular de su modelo de crecimiento, presentándolo como “energía de transición”. Expertos consideran que este enfoque contradice las recomendaciones del IPCC y la Agencia Internacional de la Energía, que advierten que nuevos proyectos de gas y petróleo son incompatibles con el límite de 1.5 °C de calentamiento global.
El abogado ambiental Jonathan White, de ClientEarth, enfatizó que la sentencia “envía una clara advertencia a otras grandes petroleras: afirmar ser parte de la transición mientras se respaldan nuevos proyectos fósiles tiene un coste legal comprobado”.
Greenwashing y reputación: el costo de una narrativa inconsistente
El caso por el que TotalEnergies es acusado de greenwashing plantea un dilema para las empresas que buscan posicionarse como sostenibles sin modificar sustancialmente su modelo de negocio. En un entorno donde la transparencia climática se vuelve exigencia y no aspiración, la desinformación ambiental se convierte en un riesgo reputacional y jurídico de alto impacto.
Los jueces franceses no solo sancionaron los mensajes sobre neutralidad de carbono, sino también la falta de coherencia entre el discurso corporativo y las acciones reales. Si bien algunas declaraciones sobre gas y biocombustibles fueron consideradas informativas, el fallo deja claro que los límites del marketing ambiental son cada vez más estrechos.
Para las empresas del sector energético, el caso marca el inicio de una nueva era de escrutinio. La responsabilidad ya no se mide por compromisos voluntarios, sino por su verificabilidad científica.
El fallo contra TotalEnergies refuerza la tendencia global hacia la responsabilidad legal por greenwashing, en la que las organizaciones civiles y los tribunales exigen evidencia medible de las afirmaciones ambientales. Los especialistas en RSE señalan que la comunicación corporativa debe alinearse con indicadores ESG verificables y con planes de reducción de emisiones auditables.

En el contexto europeo, este tipo de litigios podría extenderse a otras industrias de alto impacto, como la aviación o la moda, que también han enfrentado cuestionamientos por mensajes engañosos de sostenibilidad. En palabras de Ripoll:
“la desinformación climática no puede seguir siendo una estrategia comercial”.
Para los líderes empresariales, el caso TotalEnergies es una advertencia: el greenwashing no solo erosiona la confianza del consumidor, sino que puede traducirse en sanciones económicas y pérdida de legitimidad ante los inversionistas.
La era del escrutinio verde
El fallo que confirma que TotalEnergies es acusada de greenwashing marca un precedente histórico para la justicia climática y la responsabilidad empresarial. Más allá de la multa, el impacto simbólico es profundo: demuestra que la sociedad civil y los tribunales pueden exigir coherencia entre el discurso ambiental y las operaciones reales.
En un contexto donde los compromisos de sostenibilidad son parte central de la estrategia corporativa, esta sentencia redefine el estándar de lo que significa ser una empresa “verde”. Las palabras ya no bastan; el verdadero liderazgo se medirá por acciones verificables, inversiones limpias y transparencia total.