¿Por qué las personas necesitamos fractales?
Los fractales tienen beneficios cuantificables para la salud, que incluyen una reducción del estrés, un mejor funcionamiento cognitivo, una mayor creatividad y resolución de problemas, una mayor apreciación de la naturaleza y una experiencia emocional positiva. En el mundo interior contemporáneo donde la exposición a la naturaleza se reduce drásticamente, los humanos se ven privados progresivamente de estos efectos restauradores. Esto provoca una acumulación poco saludable de estrés, falta de pertenencia al lugar y síndrome del edificio enfermo. La movilización prolongada del estrés en humanos produce una gran cantidad de consecuencias dañinas, como aumento de la presión arterial, agotamiento de la energía, liberación de hormonas del estrés, disminución de la capacidad cognitiva, reducción de la función inmune, etc.
La Organización Mundial de la Salud declaró que el estrés es la “epidemia de salud del Siglo XXI” con enfermedades asociadas que van desde la depresión hasta la esquizofrenia (Smith, 2012).
Las enfermedades relacionadas con el estrés cuestan a EE. UU., más de 250 mil millones de € anuales (Taylor & Spehar, 2016). En el Reino Unido, una pobre salud mental cuesta a las empresas hasta 50 mil millones de € cada año.
Sin embargo, por cada euro gastado en apoyar la salud mental de las personas las empresas recuperan 5,50 € de su inversión en presencia laboral, lo que supone menor absentismo y menor rotación de personal (Franklin, 2020).
A medida que las personas se encuentran rodeadas de paisajes urbanos se desconectan de los patrones fractales de la naturaleza y de sus cualidades para reducir el estrés.
Contenido
La oportunidad de crear diseños fractales
Tomando la creciente preocupación como un desafío interdisciplinario, el mundo del diseño puede aprovechar la oportunidad de crear diseños fractales basados en la ciencia de la estética fractal (Smith et al., 2020).
Los patrones fractales tienen el potencial de mejorar radicalmente el entorno construido; se ha demostrado que esta inversión ocurre en minutos, incluso en segundos, como se demostró en la investigación (Smith et al., 2020).
Los humanos somos fractales
Al igual que los árboles, los pulmones humanos, el sistema circulatorio, el cerebro, la piel, etc. son estructuras fractales.
A lo largo de la evolución, la prevalencia de patrones fractales estadísticos de complejidad media (D = 1.3-1.5) en la naturaleza ha llevado al sistema nervioso a adaptarlos y a procesarlos eficientemente con un pequeño esfuerzo cognitivo (Aks y Sprott, 1996; Taylor et al., 2011; Albright, 2015; Taylor & Spehar, 2016; Taylor et al., 2018).
Análogamente a la fluidez del lenguaje, la fluidez fractal es la capacidad humana de detectar y comprender patrones fractales de manera fácil y precisa.
Esta “búsqueda sin esfuerzo” de patrones fractales estadísticos de complejidad media ha sido confirmada por experimentos de comportamiento, junto con técnicas qEEG y fMRI (Taylor et al., 2018; Taylor & Spehar, 2016; Hagerhall et al., 2008, 2015).
La repetición de líneas en patrones colineales, curvilíneos, paralelos y radiales en el diseño, facilita la percepción visual al aprovechar el sistema neuronal altamente organizado para representar las orientaciones de contorno (Albright, 2015).
Datos curiosos sobre los fractales
El ojo humano adopta una trayectoria fractal. Esto se manifestó en estudios de animales que buscan alimento en sus terrenos naturales (Viswanathan et al., 1996), sus movimientos de búsqueda también son fractales.
Por ejemplo, las trayectorias cortas permiten que un ave busque comida en una región pequeña y luego vuele a regiones vecinas y luego a regiones aún más alejadas, lo que permite búsquedas eficientes en escalas de múltiples tamaños. El ojo adopta el mismo movimiento cuando “busca” información visual.
¿Por qué estamos familiarizados con los patrones fractales de las nubes? Nuestros procesos de reconocimiento de patrones están tan mejorados por estas nubes fractales que el sistema visual se vuelve “gatillo feliz” y vemos patrones que en realidad no están allí (Taylor & Spehar, 2016).
La preferencia por los fractales de complejidad media es universal si la estética fractal es generada por la naturaleza, las matemáticas y el arte (Spehar et al., 2003), por lo tanto, es independiente del método de generación.
Sentido del orden
Esta capacidad de captar el complejo “sentido del orden” de la naturaleza (Gombrich, 1984) brinda la ventaja de ahorrar energía cognitiva, lo que permite asignarla a los estímulos más complejos y novedosos de los que depende la supervivencia humana, como comprender las emociones de los demás.
Espacios curativos
Una preferencia visual positiva o atracción estética de los fractales sobre los patrones euclidianos simples ocurre entre el 95% de las personas (Taylor, 1998), y se debe a la facilidad con la que se pueden procesar los fractales.
Los diseñadores, intuitivamente y mediante capacitación, tienden a crear patrones fractales que son exactos/geométricos en lugar de estadísticos/orgánicos.
Los entornos que se han encontrado como no curativos no tienen relaciones de escala fractal y son típicamente austeros o euclidianos. Por el contrario, pueden ser entornos estresantes e inducir ansiedad y comportamiento depresivo y, en última instancia, pueden causar patologías en usuarios y residentes (Salingaros 2012).
Todas las formas naturales se cogeneran juntas, interactivamente, como parte de un proceso evolutivo mutuamente adaptado (morfogénesis). En lugar de un mundo de objetos separados de sus contextos, con cualidades distintivas y llamativas (Gifford et al., 2002) podemos construir un mundo contextual de relaciones geométricas armoniosas y de conexión, que no son meras agregaciones de partes.
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Con esta perspectiva…
La arquitectura contemporánea actual apenas tiene fractales, por lo que cualquier aumento en la complejidad fractal (D) marcaría la diferencia para la salud humana.
Los paisajes urbanos de hoy pueden estar dominados por patrones fractales, como una herramienta poderosa a nuestra disposición para hacer que la arquitectura y el diseño sean completos, más que la suma de sus partes, y capaces de ofrecer un mundo más rico, mejor adaptado y más saludable.

Es el resultado de la exploración plástica de una captura de gran formato, en que el autor da visibilidad a los flujos de ecuaciones matemáticas ya presentes en el sólido para traer a la existencia una pieza a mitad de camino entre las dinámicas físicas y el mundo simbólico.
Charla TED acerca del origen de la obra: http://www.tedxmanresa.com/?p=12056
*Rita Trombin es Psicóloga Ambiental y Living Future Member*
Una membresía en el Instituto apoya su desarrollo profesional y anuncia su compromiso de crear un Living Future. Juntos, avanzan en el conocimiento crítico, fortaleciendo la comunidad local de construcción ecológica.
Artículo publicado en la revista EcoHabitar en el nº 67 de otoño 2020. Puedes adquirir un ejemplar en papel aquí.