OpenAI advierte que la IA supera al humano en la mayoría de sus tareas rutinarias
El avance indetenible de la inteligencia artificial generativa, validado con contundencia en el informe GDPval de OpenAI publicado en octubre de 2025, traza un nuevo mapa de riesgos laborales que afecta de forma significativa a los profesionales del marketing y la venta, un segmento tradicionalmente asociado a la creatividad y la interacción humana.
El estudio, que confronta el desempeño de modelos avanzados de IA con el de expertos en 44 ocupaciones, revela que la automatización no sólo amenaza tareas de back office, sino que está redefiniendo el núcleo de las funciones comerciales y de comunicación, impulsando la urgencia de una profunda readaptación de la fuerza laboral. La superioridad de modelos como Claude Opus 4.1 y GPT5-high en la ejecución de entregables reales, con una velocidad hasta cien veces mayor y un coste radicalmente inferior al humano en las tareas medibles, se convierte en un imperativo estratégico para las empresas, que inevitablemente buscarán apalancarse en estas eficiencias.
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El desalentador panorama de ventas y comercio
El sector de las ventas y el comercio emerge como uno de los más expuestos a la automatización de la IA, lo que impacta directamente en la estructura de los equipos de marketing y su despliegue en el mercado. Los datos del GDPval sitúan a los gerentes de ventas con una altísima tasa de victoria de la IA del 79% en la realización de tareas representativas, mientras que los representantes de ventas mayoristas (no técnicos) alcanzan un 68%.
Estos porcentajes reflejan que la máquina se demuestra superior o igual al humano en el procesamiento de información de mercado, la segmentación de clientes, la generación de informes de actividad y, de forma crítica, en la elaboración de estrategias de precios y propuestas comerciales estandarizadas. Este escenario obliga a los profesionales a pivotar rápidamente desde la gestión transaccional de ventas hacia la consultoría estratégica de alto valor, un ámbito que exige empatía, negociación compleja y liderazgo, capacidades que la IA aún no puede replicar de forma convincente.
La presión de la IA en los roles creativos y de gestión
A pesar de la percepción de que la creatividad blindaría ciertas profesiones, el informe de OpenAI desvela una vulnerabilidad creciente en roles esenciales para el marketing y la comunicación digital. Los editores de contenido, un pilar fundamental en cualquier estrategia de marketing de contenidos, registran un preocupante 75% de exposición. Esta cifra no sólo apunta a la corrección gramatical, sino a la generación de borradores, la adaptación de tonos de voz y la optimización de textos para SEO, tareas en las que la IA brilla por su rapidez y consistencia.
De manera similar, los periodistas y reporteros/analistas de noticias alcanzan una tasa del 53%, lo que sugiere que la recopilación de datos, la redacción de noticias breves y el resumen informativo están al alcance de los algoritmos. Esto empuja a los profesionales de la comunicación a enfocarse en el periodismo de investigación y la narrativa profunda que requiere juicio ético, fuentes personales y un entendimiento cultural que la IA, por ahora, sólo imita superficialmente.
Analítica y asesoría en redefinición
La capacidad de la IA para procesar e interpretar vastos conjuntos de datos afecta igualmente a los roles analíticos vinculados al marketing y las finanzas. Los asesores financieros personales, esenciales en la promoción de productos y servicios bancarios, muestran una exposición del 64%, y los analistas de inversiones financieras se sitúan en el 41%.
La precisión y la velocidad con la que los modelos pueden identificar tendencias, calcular riesgos y optimizar carteras superan la capacidad humana, relegando la función del analista a la interpretación contextual de esos datos y a la comunicación persuasiva de recomendaciones complejas a clientes. En última instancia, el GDPval se erige como una llamada de atención para los profesionales del marketing y la venta: la permanencia de su valor dependerá de su habilidad para integrar la IA como una herramienta de productividad, liberándoles de las tareas rutinarias para que puedan dedicarse a la ideación, la estrategia relacional y la resolución de problemas que demandan un pensamiento humano divergente.