La propuesta que busca mejorar la salud laboral

Publicado por Emprendimiento en

En México, la conversación sobre los derechos laborales y de salud continúa evolucionando. En el Senado de la República, se impulsa una iniciativa que busca establecer una licencia menstrual con goce de sueldo para mujeres y personas menstruantes diagnosticadas con dismenorrea incapacitante. Esta propuesta pretende garantizar que puedan atravesar su proceso biológico en condiciones dignas, sin temor a perder ingresos ni enfrentar discriminación laboral.

De acuerdo con El Economista, la iniciativa, impulsada por la senadora Lilia Margarita Valdez Martínez del grupo parlamentario Morena, responde a una realidad que por décadas ha sido invisibilizada: los dolores y síntomas menstruales pueden llegar a ser incapacitantes, afectando la productividad y bienestar de millones de personas. Más allá de una reforma, la licencia menstrual representa un paso hacia una cultura laboral con mayor empatía, equidad y salud integral.

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¿Qué propone la licencia menstrual?

El proyecto busca modificar la Ley Federal del Trabajo para incluir como obligación patronal el otorgamiento de 1 a 3 días de licencia menstrual al mes, con goce íntegro de sueldo. Esto aplicaría a personas diagnosticadas con dismenorrea primaria o secundaria en grado incapacitante, quienes deberán presentar un certificado médico con vigencia anual. La medida busca que ningún derecho laboral —como primas, bonos, antigüedad o vacaciones— se vea afectado.

La iniciativa también contempla la prohibición expresa de despedir o coaccionar a trabajadoras por ausencias relacionadas con los síntomas menstruales.

Se busca reducir las brechas de género y promover la permanencia laboral de las mujeres, que hoy siguen enfrentando discriminación por causas biológicas naturales.

Licencia menstrual

La dismenorrea: una condición que impacta la productividad

La Secretaría de Salud estima que el 50% de las mujeres ha presentado dismenorrea en algún momento de su vida. Se trata de un dolor tipo cólico que puede ir acompañado de náuseas, vómitos o diarrea, y que en casos severos impide realizar actividades cotidianas. Aunque el IMSS ya contempla incapacidades de hasta tres días, el trámite mensual y la falta de políticas claras dificultan su acceso.

De acuerdo con la Organización Global Dalia Empower, el 91% de las mujeres considera que las molestias menstruales afectan su productividad. Además, el 45% ha tenido que ausentarse del trabajo por horas o días, sufriendo descuentos o incluso despidos, lo que evidencia la urgencia de reconocer la licencia menstrual como un derecho laboral.

Un paso hacia la igualdad y la salud laboral

La senadora Lilia Valdez ha señalado que esta reforma busca no solo garantizar el derecho a la salud y una vida digna, sino también aumentar la participación femenina en el mercado laboral. Los datos son contundentes: el 35% de las mujeres ha recibido descuentos salariales por ausencias relacionadas con la menstruación y un 2.4% ha perdido su empleo. Reconocer esta necesidad es también reconocer una deuda histórica con la equidad de género.

Además, la propuesta apunta a que el reconocimiento de la dismenorrea no quede limitado a ciertos diagnósticos o enfermedades específicas. Si bien la Ley Federal del Trabajo ya contempla la endometriosis como enfermedad laboral, esta solo abarca un grupo reducido de casos, dejando fuera a quienes también padecen síntomas incapacitantes sin dicha condición.

¿Qué estados son pioneros en la implementación?

Algunos estados ya han dado los primeros pasos. Desde 2022, Colima reconoce permisos menstruales con goce de sueldo; un año después, Hidalgo se sumó con una reforma que otorga dos días de descanso, mientras que Nuevo León aprobó en 2024 ausencias o trabajo remoto para casos de dismenorrea o endometriosis. Otros estados como Tamaulipas, Quintana Roo y Campeche también han adoptado medidas similares para sus servidoras públicas.

A nivel internacional, países como España, Japón, Corea del Sur, Taiwán, Indonesia y Zambia ya han implementado políticas de licencia menstrual, reconociendo que el bienestar físico y emocional impacta directamente en la productividad y el desarrollo económico.

Hacia una cultura laboral más empática

“Hablar de menstruación no es solo hablar de biología”, señala la iniciativa. Es abrir el diálogo sobre salud menstrual, educación, infraestructura y eliminación de tabúes. En un país donde siete iniciativas similares han sido presentadas sin concretarse, esta propuesta podría marcar un punto de inflexión.

La licencia menstrual no solo busca descanso físico, sino reconocimiento, dignidad y equidad en el entorno laboral. Si se aprueba, podría convertirse en un referente regional y un paso firme hacia un modelo de trabajo más humano, donde las políticas laborales acompañen los ciclos naturales de la vida y promuevan una salud integral para todas las personas.

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