Iniciativa «Un Gran Lugar para Vivir».
Esta iniciativa surge del equipo ‘El Buen Vivir’, la propuesta se centra en que los municipios/territorios trabajen directamente en la calidad de vida en lugar de considerarla como el resultado de distintas políticas y programas sectoriales. Así se equilibran y priorizan las acciones con mayor impacto en la comunidad.
Se trata de desarrollar un enfoque sistémico del municipio/territorio centrado en las personas. Para ello se contemplan un conjunto de objetivos compartidos en un horizonte temporal determinado para trabajar de forma transversal y multidisciplinar. De esta forma se alinean presupuestos, planificación y abastecimientos; midiendo, monitoreando y evaluando el estado y el progreso de un abanico de indicadores y prioridades interconectadas.
Estos indicadores, que reconocen y consideran el trabajo ya realizado en el desarrollo de otros estándares, están alineados con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) y la Agenda Urbana Española y se basan en el trabajo realizado en Reino Unido durante años a través de Great Place tu Live.
Contenido
Indicadores
Se consideran indicadores cuantitativos y cualitativos sobre: bienestar personal, relaciones sociales, salud, trabajo y ocupación, dónde vivimos, finanzas personales, gobernanza, ambiente natural, resiliencia e innovación.
El estándar
El estándar aporta: conocer necesidades, identificar y priorizar acciones, fomentar la confianza entre la población, la Administración Pública, empresas, entidades, etc., fortalecer compromisos y generar visibilidad.
Es una herramienta que de forma sencilla y sistemática visibiliza y evalúa la calidad de vida del municipio/territorio.
Funcionalidades de la herramienta
Permite realizar un Autodiagnóstico previo, gratuito, simplificado y online que proporciona recursos y sugerencias para la implementación de mejoras. Se ofrece este recurso de forma gratuita y al completar la encuesta se envía un informe completo con los resultados, sugerencias para comenzar a trabajar y recursos para inspirar .
El Diagnóstico profundiza en los aspectos trabajados en el autodiagnóstico (tanto en los aspectos a estudiar como en la forma de abordarlos) y permite comparar los datos de la comunidad con otros lugares.
Una vez realizado el diagnóstico se puede desarrollar un Plan de Acción para identificar y seleccionar las acciones necesarias para mejorar.
El municipio o territorio puede solicitar el distintivo que indica en qué nivel de desempeño sobre la calidad de vida se encuentra la comunidad, existen tres niveles.
Un comité de expertos revisa el diagnóstico y el plan de acción y en base a los resultados obtenidos propone el nivel del reconocimiento del municipio, ciudad o territorio.
El objetivo último es generar un impacto positivo en la comunidad, por lo que se realizará un seguimiento con el fin de conseguir el máximo provecho al esfuerzo de su intervención.
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Cuatro pasos para El Buen Vivir
Primer paso: el trabajo se condensa en una jornada intensiva abierta a la participación de la ciudadanía.
Un paseo: se realizan encuestas online con el fin de disponer de información más precisa.
Un camino: se realiza un análisis de los datos estadísticos (y otros bibliográficos) disponibles en el municipio. Y una jornada de presentación del proyecto.
Un destino: contempla las actividades anteriores. Se hace más énfasis en la comunicación, se realizan encuentros presenciales y la entrega del distintivo en la categoría que corresponda.
La selección
Cualquier municipio o territorio puede utilizar el estándar, ha sido diseñado bajo el prisma de la responsabilidad compartida, por lo que se puede adecuar a necesidades muy diferentes.
El Buen Vivir es una organización sin ánimo de lucro, con sede en Pamplona. Su objetivo es la mejora de la calidad de vida, poniendo a las personas en el centro del desarrollo. Impulsan el cambio positivo de las comunidades para que sean grandes sitios en los que vivir. Colaboran con la Administración Pública, empresas y otras organizaciones de la sociedad civil.
Para más información: https://elbuenvivir.org/
Artículo publicado en la revista EcoHabitar nº66 en verano 2020