Google y las redes sociales: ¿otro intento?

Publicado por Emprendimiento en

IMAGE: Shoelace

Un artículo en TNW, «Google’s taking another crack at building a social network«, da cuenta del aparente nuevo intento de Google por poner en marcha una iniciativa relacionada con las redes sociales, tras la retirada de Google+ el pasado abril.

La idea esta vez parece ser que sería una red social de componente local, con base por el momento en la ciudad de Nueva York y con dominio .NYC, que operaría bajo el nombre de Shoelace y que plantearía reunir a personas con intereses similares para llevar a cabo actividades comunes.

Por el momento, únicamente bajo invitación, en modo mobile-only y con versiones tanto para Android como para iOS, no listadas aún en las tiendas de aplicaciones pero, al menos la versión Android, disponible en APK Mirror.

Probablemente, conociendo a Google, la idea será financiarse mediante publicidad hiperlocal. Algo similar a lo que la compañía probó entre 2011 y 2014 con un proyecto de muy escasa visibilidad, Schemer, que ahora habría sido reconstruido y adaptado al contexto actual.

El problema de las redes sociales es el que han tenido siempre, y que únicamente algunos han logrado solucionar: el producto que se lanza no es, como tal, tan importante como el control de la fase de adopción.

No son pocos los ejemplos de redes sociales que han muerto simplemente porque una adopción demasiado sesgada o por parte de un colectivo determinado (de un país, en un idioma o con otro tipo de características) han inhibido un proceso de adopción masivo, o que se han visto, tras su lanzamiento, plagadas por prácticas inesperadas que han determinado una funcionalidad mucho más restringida que la inicialmente diseñada.

Una red social tiene que prestar mucha más atención a esas dinámicas de adopción y de creación de su ecosistema que a las propias funcionalidades iniciales que ofrece, y si quiere alcanzar una escala global, ser capaz de controlarlas de una manera que evite asociaciones demasiado restringidas, con un componente demasiado concreto o con algún tipo de connotación que potencialmente pueda alejarla de un interés general.

Productos anteriores de Google como Orkut o Google+ no eran, como tales, casos de mal diseño o de escasa funcionalidad, no fracasaron por ese aspecto, sino por ser incapaces de gestionar adecuadamente su proceso de adopción.

El caso de Facebook también es interesante en ese sentido, porque no debe su popularidad inicial a sus funcionalidades, que no eran esencialmente diferentes a las de otras redes sociales del momento, sino a un proceso de adopción muy controlado y que trataba de marcar un importante componente aspiracional.

El componente hiperlocal, por otro lado, aunque es potencialmente muy interesante y Google, sin duda, tiene credenciales para ponerlo en marcha gracias a su conocimiento del mercado y a iniciativas de geolocalización como Google Maps, es también sumamente complejo.

Las posibilidades de la publicidad llevadas a lo hiperlocal son enormes, pero también lo son las posibles complicaciones derivadas de una gestión poco responsable, que en este caso puede llegar a trasladar los posibles problemas y dinámicas negativas de una red social nada menos que a tu barrio o hasta a la puerta de tu casa.

Gestionar algo así requiere un nivel de responsabilidad muy elevado, y un control de lo que transcurre en tu herramienta que no puede ser interpretado a la ligera.

Para Google, la compañía que realmente generó el componente social en la web gracias a un algoritmo que se basaba para su clasificación y asignación de popularidad en funcionalidades sociales, no ser capaz de tener en el mercado un producto en la categoría de las redes sociales supone asumir un fracaso muy importante, y más aún si tenemos en cuenta que el triunfador en esta categoría, Facebook, se ha dedicado a arruinar la web con una gestión completamente irresponsable de su herramienta.

Pero a lo largo del tiempo, hemos podido comprobar muchas de las peculiaridades del entorno de las redes sociales, y de aprender muchas cosas sobre sus procesos de difusión.

¿Será Google capaz de tenerlas en cuenta y de poner en marcha una red social de este tipo, o estaremos dentro de unos pocos años hablando de otro proyecto fallido más?

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