Energía solar térmica en nuestra casa
En nuestra casa de ciudad podemos instalar un sistema de energía solar térmica, para calentar el agua. ¿Qué nos aconsejas? Queremos optar por sistemas renovables en todo lo que podamos y ahora es la ocasión del agua caliente. ¿Qué debemos tener en cuenta para la instalación?
Catalina. Mallorca
El sistema más habitual para obtener agua caliente sanitaria con energía solar es a través de las placas solares térmicas. La luz solar es nuestra gran fuente de energía, pero según dónde se realice la instalación (si en invierno hay poca radiación solar), o si no está bien dimensionada y ejecutada, puede que no sea una buena opción.
Hay que calcular muy bien la demanda de ACS (agua caliente sanitaria); se debe tener en cuenta que en invierno se suele necesitar más agua caliente y es cuando menos radiación hay; en cambio en verano se necesita menos ACS pero se produce más. Un mal dimensionado puede llevar a una excesiva producción y disipación de calor en el verano, por eso conviene dimensionar bien el sistema y la superficie de captación, posibilitando la reducción de la producción en verano para no quemar el sistema. Por lo tanto, estas características del diseño deben adecuarse muy bien al clima del emplazamiento de la instalación.
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Atentos a la ubicación
Si en tu caso se va a realizar en una ciudad, conviene confirmar que no se producen sombras que eviten una buena captación, y también considerar las posibles pérdidas que pueda haber entre la ubicación de las placas (parte productiva), la ubicación del depósito de acumulación y los recorridos hasta los puntos de uso.
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Estaría bien crear una producción compartida con vecinos, para optimizar el rendimiento de la instalación, lo que por otro lado requiere de una gestión comunitaria que puede ser un gran ejercicio de convivencia.
En el caso de que no tengas posibilidad de captación solar, se pueden integrar máquinas de aerotermia (bomba de calor) si la electricidad se genera con fuentes renovables.
Artículo publicado en la revista EcoHabitar nº 66 en primavera de 2000.