¿Se termina la libertad de prensa? The New York Times, CNN y más, enfrentan a Trump
Organizaciones de noticias como The New York Times, The Associated Press y Newsmax y CNN han decidido no firmar una nueva política del Departamento de Defensa, lo que podría derivar en la expulsión de sus periodistas del Pentágono. Los medios advierten que estas reglas amenazan la libertad fundamental de informar, protegiendo derechos consagrados en la Primera Enmienda.
La situación ha generado un intenso debate sobre la libertad de prensa en EE.UU., la relación entre medios y gobierno, y los límites de la autoridad administrativa sobre el acceso a instalaciones gubernamentales. Especialistas en derechos civiles y medios advierten que estas restricciones podrían marcar un precedente peligroso para la práctica periodística en todo el país.
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¿La libertad de prensa en EE.UU. está en riesgo?
Según información de Albuquerque Journal, las nuevas normas prohíben el acceso de los periodistas a grandes áreas del Pentágono sin escolta y permiten que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, revoque el acceso a quien busque información no aprobada. Los medios señalan que esto equivale a censura indirecta y coacción, afectando la recopilación de noticias rutinaria.
David Schulz, director de la Clínica de Libertad de Prensa y Acceso a la Información de Yale, afirmó que firmar la declaración sería admitir que cualquier publicación sin aprobación del gobierno compromete la seguridad nacional, lo cual “simplemente no es cierto”.
El grupo de medios afectados incluye tanto organizaciones tradicionales como conservadoras, mostrando que el conflicto trasciende líneas ideológicas. Newsmax, a pesar de su afinidad política con la administración, también cuestiona la política como “innecesaria y onerosa”.
Este escenario plantea un desafío clave: cómo equilibrar la seguridad nacional con la libertad de prensa en EE.UU., un principio protegido por la Constitución y esencial para la transparencia gubernamental.
La respuesta del Pentágono y el gobierno
El portavoz del Pentágono, Sean Parnell, defendió la medida como “procedimientos de sentido común para los medios de comunicación”. Según su declaración, la política no requiere acuerdo, solo reconocimiento de que los periodistas entienden las normas.
Hegseth, sin embargo, ha intensificado la presión al advertir que quienes no firmen deben entregar sus credenciales y desalojar el Pentágono al día siguiente. Además, cuestionó públicamente si los periodistas merecen acceso sin restricciones a una instalación militar altamente clasificada, argumentando que la Primera Enmienda no otorga tal privilegio absoluto.
Expertos consideran que estas acciones representan un abuso de autoridad y un intento de controlar la cobertura periodística. Para muchos, esto redefine de manera peligrosa la relación entre medios y gobierno.
La tensión evidencia cómo políticas administrativas pueden limitar la libertad de prensa en EE.UU., incluso dentro de instituciones que tradicionalmente han sido accesibles para periodistas acreditados.

Impacto sobre la práctica periodística y derechos fundamentales
Los reporteros del Pentágono han trabajado durante años bajo estrictas normas de seguridad, sin acceder a áreas clasificadas ni difundir información sensible. La nueva política, señalan, crea un riesgo legal y profesional innecesario.
Especialistas en derechos civiles alertan que medidas como esta podrían generar autocensura, donde los periodistas evitan cubrir temas críticos por temor a represalias. Esta situación amenaza directamente la función de los medios como garantes de transparencia y vigilancia del poder.
El conflicto también resalta la vulnerabilidad de la libertad de prensa en EE.UU. frente a decisiones ejecutivas que buscan priorizar la seguridad sobre el derecho a informar. Para muchos, se trata de un precedente peligroso que podría extenderse a otras agencias federales.
Si no se toman medidas legales o legislativas, los medios podrían enfrentarse a una erosión de su independencia, afectando la confianza pública y debilitando la democracia.
Repercusiones y posibles soluciones
La presión mediática ha obligado a que la política del Pentágono se discuta a nivel nacional. Algunos legisladores y grupos de derechos humanos exigen que se respete el acceso histórico de periodistas acreditados, considerando la medida un ataque directo a la libertad de prensa en EE.UU..
Los medios involucrados evalúan acciones legales y apelaciones para proteger su derecho a informar sin restricciones indebidas. Los expertos recomiendan la implementación de protocolos claros que equilibren seguridad nacional y derechos periodísticos.
La cobertura internacional también observa la situación como un indicador del estado de la democracia estadounidense y la protección de los derechos constitucionales frente a la expansión del poder ejecutivo.
El futuro de la relación entre prensa y gobierno dependerá de la capacidad de ambas partes para negociar reglas que respeten la seguridad sin comprometer la independencia informativa.

La libertad de informar bajo amenaza
La controversia en el Pentágono evidencia que la libertad de prensa en EE.UU. sigue siendo frágil frente a políticas ejecutivas restrictivas. Los intentos de limitar el acceso de periodistas a información y espacios críticos amenazan la transparencia y la rendición de cuentas gubernamental.
Proteger la independencia de los medios es esencial para la democracia. La presión de la sociedad civil, medios y expertos debe garantizar que decisiones administrativas no erosionen derechos fundamentales. La resolución de este conflicto será un indicador clave de la salud democrática y de la capacidad de EE.UU. para mantener una prensa libre y robusta.