1.3 millones de empleos se perdieron en agosto 2025
El mercado laboral mexicano vivió un golpe significativo en agosto de 2025, con la pérdida de 1.3 millones de empleos, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Este retroceso, el más fuerte en 43 meses, refleja la vulnerabilidad de la economía frente a factores estructurales y de mercado, especialmente en el sector informal. La magnitud de esta caída hace evidente que la recuperación posterior a la pandemia aún tiene fisuras que afectan a millones de trabajadores.
De acuerdo con un artículo de El Economista, lo preocupante no solo es la cifra, sino el patrón que refleja: la pérdida se concentró casi exclusivamente en el empleo informal, mientras que el empleo formal mostró avances limitados. A pesar de la aparente estabilidad en la tasa de desempleo, el repunte de la población disponible para trabajar y la disminución de empleos en todos los tipos de ocupación revelan un panorama más complejo. La situación plantea retos significativos para políticas de inclusión laboral y desarrollo social en México.
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Contracción generalizada en el empleo
Todos los tipos de ocupación experimentaron reducciones, evidenciando que la crisis no se limitó a un solo segmento del mercado. El trabajo subordinado perdió 402,333 plazas, mientras que el trabajo independiente registró 397,277 puestos menos. Los empleadores descendieron en 331,712, y las actividades no remuneradas se redujeron en 171,451, afectando directamente a quienes dependen de estas formas de trabajo para subsistir.
Este fenómeno revela que la pérdida de empleos en México no es solo un asunto de cifras, sino un problema social que impacta la estabilidad económica de familias y comunidades.
La disminución transversal afecta tanto a trabajadores formales como informales, aunque con mayor severidad en los segmentos más vulnerables.
Trabajo informal concentró la caída
El impacto más crítico se dio en el empleo informal, que concentró toda la pérdida de 1.3 millones de empleos en agosto. Hasta entonces, la informalidad había mostrado un crecimiento constante a lo largo del 2025, pero este cambio abrupto evidencia la fragilidad de este sector frente a fluctuaciones económicas y políticas.
Por otro lado, el empleo formal registró un modesto crecimiento de 197,127 plazas, insuficiente para compensar la caída general. La informalidad sigue siendo un desafío central para la estabilidad laboral en México, y los movimientos recientes subrayan la necesidad de políticas públicas enfocadas en fortalecer la formalidad y proteger a quienes dependen de empleos precarios.

Repunte del desempleo y población disponible
A la par de la contracción de la población ocupada, el desempleo mostró un ligero repunte, alcanzando 2.9%, un nivel cercano a su tendencia histórica. No obstante, en lo que va del año, la tasa de desocupación acumulada creció 0.5 puntos porcentuales, reflejando presiones sobre el mercado laboral que no se limitan a una sola coyuntura.
Además, la Población No Económicamente Activa (PNEA) mostró un aumento de 448,228 personas “disponibles” para trabajar, lo que evidencia que muchos trabajadores buscan empleo, pero no logran insertarse en el mercado formal. Este fenómeno sugiere un desempleo extendido que requiere atención inmediata desde el enfoque de responsabilidad social y políticas públicas.
Formalidad y perspectivas para el cierre de año
Aunque la formalidad creció ligeramente, con 197,127 plazas, este año ha sido irregular para los empleos formales, que solo han registrado tres balances positivos a tasa mensual. La tasa de informalidad descendió de 56.1% a 54.8% debido a la caída del empleo informal, pero acumuló un aumento de 1.1 puntos porcentuales durante 2025.
Estos movimientos muestran que los empleos perdidos en México no solo son números: representan a trabajadores con ingresos inestables, falta de seguridad social y acceso limitado a derechos laborales. La recuperación económica y la equidad laboral requieren estrategias sostenibles que protejan a los sectores más vulnerables y fortalezcan el empleo formal.
La pérdida de 1.3 millones de empleos en México en agosto de 2025 representa un retroceso significativo desde la pospandemia, afectando principalmente al sector informal. Esta situación subraya la importancia de diseñar políticas públicas y estrategias empresariales que impulsen la formalidad laboral y la inclusión de quienes dependen del trabajo precario.
A largo plazo, atender estas brechas no es solo un imperativo económico, sino un asunto de responsabilidad social. Garantizar empleos estables y seguros contribuye no solo al bienestar individual de los trabajadores, sino al desarrollo sostenible del país y a la cohesión social.